23/7/2025

Del aula al pitch: historias reales de talento universitario que emprende

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Cada año, cientos de estudiantes universitarios desarrollan ideas con potencial para transformar su entorno. Lo que hace la diferencia no es solo el talento o la creatividad, sino el contexto en el que esas ideas pueden evolucionar. Cuando el aula se abre a la realidad empresarial, y el conocimiento académico se enfrenta con desafíos concretos, el emprendimiento deja de ser un concepto abstracto para convertirse en una experiencia transformadora.

En Santalucía Impulsa hemos sido testigos directos de ese cambio. A través de nuestros programas con universidades, hemos acompañado a jóvenes que, sin experiencia previa en innovación o empresa, han sido capaces de proponer soluciones viables, sostenibles y alineadas con retos reales del sector asegurador. Desde el primer borrador hasta el pitch final, cada paso del proceso les ha permitido descubrir capacidades que ni ellos mismos sabían que tenían.

Un recorrido que empieza con una idea

Todo comienza con un reto: diseñar una solución que responda a una necesidad concreta del sector. Equipos multidisciplinares formados por estudiantes se enfrentan a esa propuesta y, con el acompañamiento de mentores, comienzan a construir. Lo hacen a través de metodologías ágiles, prototipado, validación temprana con usuarios y sesiones prácticas en las que el conocimiento se aplica, se ajusta y se vuelve útil.

En este camino, muchos estudiantes descubren su vocación emprendedora. Aprenden a escuchar, a pivotar, a tomar decisiones rápidas y a defender sus ideas con argumentos sólidos. También comprenden la importancia del trabajo en equipo, la gestión del tiempo y la conexión con el entorno. El pitch, ese momento final en el que presentan su proyecto ante profesionales y potenciales aliados, no es un simple ejercicio: es el cierre simbólico de una experiencia que marca un antes y un después.

De la teoría al impacto

Lo más valioso de este tipo de programas es que permiten conectar lo aprendido en clase con el impacto real. Quienes han participado en iniciativas como Santalucía Impulsa Universidades no solo han creado propuestas para mejorar servicios, digitalizar procesos o responder a nuevas necesidades sociales; han vivido cómo una buena idea puede crecer, madurar y tener eco dentro de una compañía.

Estas experiencias no solo fortalecen la empleabilidad, sino que despiertan una nueva actitud: la del intraemprendedor. Jóvenes que no necesariamente crearán una startup, pero que sí se integrarán en equipos con una mentalidad abierta, crítica y propositiva. Equipos capaces de innovar desde dentro, de impulsar cambios y de aportar valor allí donde estén.

Construir un futuro emprendedor desde la universidad

Dar voz al talento universitario significa confiar en sus capacidades, pero también darles herramientas, espacios, referentes y apoyo. Por eso, es clave que las universidades y las empresas sigamos trabajando de la mano para generar entornos donde este tipo de experiencias puedan replicarse, escalar y consolidarse.

En Santalucía Impulsa creemos en ese modelo. Uno en el que el aula no es un límite, sino un punto de partida; en el que el pitch no es el final del camino, sino el comienzo de una nueva etapa profesional. Apostar por el emprendimiento universitario es invertir en futuro, en innovación con propósito y en jóvenes preparados para liderar el cambio.