La inclusión social y profesional de las mujeres es un tema de actualidad, pero ¿cuál es la situación actual de la mujer en el ámbito emprendedor en España? A pocos días del 8 de marzo, día de la mujer, hacemos un repaso sobre el emprendimiento femenino en nuestro país.
En septiembre de 2018, Spain Startup-South Summit presentó en Madrid por quinto año consecutivo el Mapa de Emprendimiento 2018. Uno de los avances que vimos es que, por primera vez desde que se elabora el Mapa, el porcentaje de mujeres emprendedoras de startups creció hasta conseguir el 22%, cuatro puntos por encima del año anterior. Además, las startups lideradas por mujeres tienen menor índice de fracaso, tan solo el 22% frente al 51% en los proyectos liderados por hombres.
El emprendimiento femenino también ha crecido fuera del mundo de las startups: el 45% de la población emprendedora en nuestro país ya son mujeres. La brecha de género en el ecosistema empresarial ha disminuido de forma continuada y se ha estrechado un 36% en los últimos diez años. Según indica el informe Global Enterpreneurship Monitor (GEM), el 70% de las mujeres emprendedoras en España dan salida a sus negocios motivadas por las oportunidades que les ofrece el mercado.
El GEM destaca que continúa estrechándose la brecha de género entre emprendedores y emprendedoras de todo el mundo y ha introducido un nuevo indicador, el Índice de Contexto de Emprendimiento Nacional, que valora las condiciones del entorno para emprender y que coloca a España en el puesto 16 entre 54 países evaluados.
En este contexto empresarial, podemos observar un creciente interés por la situación de la mujer en el ámbito profesional, donde emprender es cada vez más una mejor opción para las mujeres. Existen y continúan apareciendo nuevas iniciativas, tanto públicas como privadas, para impulsar a la mujer y favorecer la creación de negocios liderados por mujeres.
Por ejemplo, la Cámara de Comercio de España cuenta con el Programa de Apoyo Empresarial a las Mujeres (PAEM), para la promoción y apoyo a la actividad empresarial de las mujeres. Por otro lado, contamos con La Asociación Nacional de Mujeres Emprendedoras y Autónomas (ANMEYA), orientada a informar, formar y representar a este colectivo para promover la plena integración profesional de mujeres autónomas y emprendedoras. El Ayuntamiento de Madrid lleva a cabo el Premio Emprendedoras, para contribuir al reconocimiento de proyectos originales, creativos e innovadores acometidos por mujeres para promover e impulsar el emprendimiento femenino.
Asimismo, existen compañías que premian el emprendimiento femenino. Un ejemplo son los Woman Explorer Award, del Banco Santander en colaboración con la fundación EY, para distinguir y reconocer a jóvenes emprendedoras que lideren proyectos innovadores desarrollados en el programa Explorer “Jóvenes con Ideas”. IFEMA ha presentado el Women Evolution, un congreso para contribuir a la renovación personal y profesional de mujeres con cargos directivos, empresarias, emprendedoras y profesionales, mediante la conexión de sus emociones y competencias.
A pesar de que actualmente más mujeres se animan a emprender sus propios negocios y que las cifras son cada vez más equiparables y sitúan de manera muy positiva a la mujer en el mundo de los negocios, el retrato de emprendedor español sigue respondiendo de una manera mayoritaria al varón joven de aproximadamente 35 años y con estudios universitarios.
Según el GEM, ningún país de Europa muestra paridad de género entre emprendedores y emprendedoras. Las tasas más altas de mujeres emprendedoras se dan en aquellos lugares donde estas están en contacto con otras personas que identifican oportunidades y tienen la decisión e iniciativa para realizar acciones y organizar recursos para no dejarlas pasar, es decir, ¡con otras personas emprendedoras! Asimismo, la presencia de la mujer en entornos políticos y culturales también incide positivamente en el emprendimiento femenino.
El asesoramiento y la información a las emprendedoras, así como su promoción y potenciación, son una importante forma de contribuir al desarrollo y crecimiento profesional de todas aquellas mujeres que se deciden a dar el paso, y una manera de animar a ello a aquellas que no lo han hecho todavía. Aún queda mucho camino por delante, pero poco a poco podemos ver los resultados de las acciones que nos llevarán a conseguir la igualdad de género.