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La importancia de las aceleradoras de startups para el ecosistema empresarial

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Las aceleradoras de startups son, en muchas ocasiones, la llave que muchos emprendedores necesitan para lograr financiación y seguir creciendo. De hecho, se trata de programas competitivos y exhaustivos que han transformado empresas en desarrollo en grandes compañías globales y revolucionarias. Recurrir a una aceleradora puede ser la alternativa más acertada, pero es imprescindible conocerlas bien, así que veámoslas en profundidad.

¿Qué es una aceleradora de empresas?

Las aceleradoras de negocios son organizaciones con programas intensivos cuya finalidad es ayudar al desarrollo de empresas de reciente creación que cuentan con un modelo de negocio definido, pero que necesitan acelerar su crecimiento. Esto se consigue mediante el suministro de conocimientos, herramientas y recursos que hacen posibles la optimización de las estrategias comerciales, la capacitación tecnológica y la asesoría financiera.

De la misma manera que, por ejemplo, los fondos de Venture Capital, las aceleradoras tienen como objetivo alcanzar grandes retornos por sus inversiones. Por ello trabajan con las startups en sus inicios, así mitigan los riesgos inherentes a las etapas tempranas mediante formación, mentorías, asesorías, recursos, etc.

Pero en el ecosistema emprendedor las aceleradoras no están solas. Es fácil confundir estos programas con los de las incubadoras. De hecho, hay quienes piensan que ambos tienen la misma finalidad.

Diferencias entre una aceleradora y una incubadora de negocios

Como hemos visto, las aceleradoras están enfocadas en ofrecer acompañamiento a empresas que ya cuentan con un modelo de negocio e incluso un MVP (Mínimo Producto Viable). Las incubadoras, en cambio, se dirigen a aquellas que no tienen un modelo definido; basta con tener la idea de negocio, pero no es necesario disponer de una fórmula establecida.

El propósito de una aceleradora es acelerar el crecimiento de startups ya establecidas. Esto significa que ofrecen asesoría experta a empresas de reciente creación que ya han planificado su operatividad. Así, los mentores pueden ir directamente a impulsar su crecimiento. Por su parte, las incubadoras son programas que ayudan a los emprendedores a gestar su proyecto de negocio y a dar sus primeros pasos en el mundo empresarial, dando lugar así a un modelo comercial óptimo.

La duración de los programas de aceleración es mucho menor que en los de incubación. En estos últimos las empresas se encuentran en las primeras etapas de desarrollo empresarial, y el enfoque gira en torno a la educación y capacitación. Tener que construir la base de la startup, en lugar de acelerar su crecimiento, es lo que hace que los periodos sean más largos en las incubadoras.

Y no solo eso, sino que los programas de las aceleradoras, al ser ofrecidos a empresas consolidadas, suelen ser muy competitivos. Los apoyos económicos son ofrecidos a los proyectos que muestran un buen desempeño, y en ocasiones los inversores se suman como socios de las empresas. En las incubadoras los fondos suelen provenir de universidades o centros educativos.

Por todo ello, es fundamental que las startups conozcan el rol de cada uno de estos actores del ecosistema en el momento de incorporarlos a su planificación estratégica. Solo así podrán saber con claridad qué tener en cuenta a la hora de acudir a uno u otro y obtener los beneficios correspondientes eficientemente.

Los beneficios de las aceleradoras de empresas

Las entidades que se dedican a la aceleración de negocios ofrecen múltiples beneficios a las diferentes compañías cuyo objetivo es escalar sus proyectos. Los más destacados son:

  • La definición y validación de la idea de negocio por parte de expertos.
  • El acceso a inversión (lo cual supone una vía de conseguir la financiación necesaria).
  • Espacios de coworking y redes de networking.
  • Apoyo comercial.
  • Equipo técnico.
  • Sesiones de mentoring, asesoramiento y formación.

Por tanto, si tu empresa tiene un MVP, tu negocio está creciendo rápidamente, tienes unos clientes con un perfil ya establecido y cuentas con los recursos necesarios, solicitar el apoyo de una aceleradora de empresas puede ser un buen camino a seguir.

¿Qué hay que saber antes de presentar un proyecto de negocio a una aceleradora?

A la hora de elegir una aceleradora, lo primero que hay que tener en cuenta es que la elección no es unidireccional, no depende solo de la startup. Se trata de un proceso bidireccional que debe suponer un “win-win” entre ambas partes.

También es importante hacer una investigación exhaustiva de las aceleradoras existentes y valorar aquellas con mejor encaje. Esto significa que habrá que averiguar si han trabajado con startups del mismo sector, necesidades y tamaño, analizar los fondos que han recibido las empresas que han participado en los programas, qué tipo de red pueden ofrecer, considerar que el programa se alinee con tu producto y negocio…

Por parte de las aceleradoras, todas siguen prácticamente el mismo proceso. Los factores y características que buscan en los solicitantes son: capacidad de adaptación, un modelo de negocio con un MVP y clientes reales, una ventaja competitiva bien definida y, sobre todo, un equipo de trabajo que cumpla tanto con los aspectos técnicos necesarios para el desarrollo del proyecto como con los valores, ideales y cultura organizacional de la startup.

¡Ahora sí! Una vez que la solicitud sea aceptada, comienza el trabajo de verdad. Además, lo que diferencia a las aceleradoras de otros programas comerciales intensivos es que las startups aquí finalizan con un Demo Day. Esto significa que el equipo tiene la oportunidad de presentar su modelo de negocio y compartir tanto lo que han aprendido como los aspectos en los que han trabajado, todo con el fin de recibir fondos.

¿Cuáles son las principales ventajas que aportan las aceleradoras de empresas?

Las aceleradoras, mediante el dictamen de expertos en negocios, estrategas comerciales y analistas de mercado, identifican los proyectos más prometedores y los incorporan al programa.

Así es como logran identificar las áreas de oportunidad de cada negocio, buscar estrategias para reducir costes y optimizar las ofertas comerciales. El objetivo de esto es hacer empresas escalables y de éxito.

Es un hecho que las startups, cuando entran en el mercado, comparten un panorama definido por la inestabilidad económica, la rapidez de la transformación digital, la necesidad de crecimiento y diferenciación en un entorno altamente competitivo…

Las aceleradoras consideran este contexto actual, las particularidades de cada negocio y el desempeño de cada empresa a lo largo del programa. Así es como en cada aceleración se estructuran las acciones más efectivas, y lo que logran es mitigar riesgos, reducir costes, optimizar la productividad y proporcionar estrategias de actuación acertadas en marcos de trabajo óptimos para lograr un buen posicionamiento en el mercado.

¿Y qué pasa con las aceleradoras corporativas?

Son muchas las aceleradoras que se han creado en los últimos años, pero dentro de este mundo también se ha adoptado una nueva tendencia: las aceleradoras corporativas.

Este tipo de aceleradoras tiene su origen en el exitoso modelo desarrollado en Silicon Valley, y se han desarrollado debido al creciente interés que han ido mostrando las grandes empresas por los emprendedores y las startups.

Las aceleradoras corporativas se han logrado posicionar como un vehículo conector entre startups y grandes empresas. Esta relación ayuda a las primeras a alcanzar partnerships con grandes corporaciones, y permite a estas últimas conocer un mundo que hasta ahora era desconocido para ellas. De este modo, las corporaciones obtienen, entre otras cosas, nuevas vías de inversión y los emprendedores financiación y apoyo.

Las grandes empresas que deseen permanecer en el mercado siendo rentables deben reinventarse cada cierto tiempo e innovar, por eso es conveniente para ellas convertirse en aceleradoras corporativas. No obstante, para los emprendedores también puede resultar muy beneficioso:

  • Consiguen acceso directo a una gran compañía, con lo que pueden validar de forma muy rápida y sencilla su producto o servicio.
  • Tienen la posibilidad de llegar a los clientes de esta compañía, lo que es verdaderamente útil para validar también el modelo de negocio y pivotar de forma más rápida si es necesario.
  • Por último, tienen acceso a un potencial inversor que les puede dar seguridad y confianza en su proyecto.

En Santalucía Impulsa tenemos Santalucía Impulsa Startups, el programa de aceleración corporativo de proyectos innovadores especializado en Insurtech del Grupo Santalucía. Ofrece un proceso único de aceleración basado en el lanzamiento de InsurChallenges, retos específicos de negocio y tecnología para satisfacer las necesidades de los actuales y futuros clientes, y la oportunidad de buscar proactivamente colaboraciones y alianzas con el Grupo Santalucía. ¡Conoce nuestros proyectos acelerados!

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