Enviar fotos y audios por WhatsApp, hacer videollamadas, revisar el correo electrónico, descargar una aplicación, presentar la declaración de la renta online, hacer una transferencia bancaria de manera telemática, agendar una cita médica a través de una app… Todas ellas son acciones cotidianas que la mayoría de las personas realizamos con normalidad, ¿verdad?
Bien, pues el problema viene cuando una persona que pertenece al sector senior no tiene esa facilidad para desempeñar esas tareas habituales, ya sea por falta de habilidad o por falta de conocimiento y experiencia. Este problema obliga a los mayores a depender de terceras personas para afrontar las tareas más básicas en su día a día. Y en un mundo tan digitalizado, la brecha tecnológica de este colectivo se convierte en una gran barrera.
La necesidad de digitalización de los seniors
Cuando una persona mayor ve limitado su acceso a las nuevas tecnologías, lo que ocurre es que se dificulta su participación y vinculación social (y en ocasiones laboral). Y para dar respuesta a esta necesidad de autonomía e inclusión digital, es importante el desarrollo de iniciativas que promuevan la formación y la adaptación de las personas mayores al entorno tecnológico.
A lo largo de los últimos años, especialmente a raíz de la pandemia, hemos podido observar una aceleración a pasos agigantados en la digitalización e innovación de prácticamente todos los productos y servicios. Esto, en parte, se debe a que tanto el estilo de vida como los hábitos de consumo de la sociedad han cambiado, han avanzado hacia los servicios online y los beneficios que estos aportan.
Como consecuencia, los diferentes sectores trabajan en nuevas estrategias online, empresas como los bancos y las aseguradoras generan más productos digitales para facilitar el acceso y el consumo… Así, con todas estas iniciativas la generación millennial es la más favorecida, pero ¿qué ocurre con los seniors? ¿Realmente estos productos y servicios son accesibles para ellos?
El sector senior y la Silver Economy
Es una realidad que la población en España, y cada vez más en Europa, es más longeva dada la caída de la tasa de natalidad. Según el INE, se espera que en 2033 la cifra de mayores de 65 años se sitúe en el 40,8% de la población total.
Además, la Silver Economy juega un papel fundamental para mantener la economía a lo largo de los próximos años. El sector senior no está dispuesto a disminuir su consumo, por lo tanto, las empresas de los diferentes sectores deberían facilitar el acceso a sus productos y servicios y hacerlos accesibles para todas las edades. Esto generará oportunidades tanto para los mayores como para las compañías.
La importancia de las iniciativas de las startups dirigidas al sector senior
Hablamos de una oportunidad y de un reto para las empresas. Si estas son capaces de adaptar sus productos específicamente para este segmento y cumplir con sus necesidades de consumo, a la vez que mantienen la digitalización, la innovación y la experiencia de usuario, las empresas seguirán siendo competitivas en el mercado.
De hecho, hay sectores utilizados por los seniors que han empezado a impulsar soluciones digitales centradas en ellos, productos digitales para su consumo. Por ejemplo:
- eHealth se ha centrado en crear nuevas aplicaciones para la salud, para la gestión de citas…
- Las proptech han utilizado la domótica para ayudar a las personas de la Silver Economy a vivir de una forma más independiente.
- La banca ha desarrollado herramientas para que los seniors puedan invertir sus ahorros de una manera fácil.
Y, en definitiva, han sido muchas las startups españolas que, con una visión muy clara, han perseguido la misión de hacer más sencilla la vida para nuestros mayores y sus familias.
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Como es lógico, cada persona mayor tiene unas circunstancias diferentes. Todo depende del ámbito cultural, la economía, la formación, si ha tenido un trabajo relacionado con alguna tecnología, si vive en la ciudad o en el ámbito rural… Dependiendo de todos esos factores, hay grupos más y menos vulnerables.
No obstante, e independientemente de las capacidades que tenga cada uno, la diferencia radica en la actitud. Eso de que “una persona mayor no se entiende con las nuevas tecnologías” ya no es una afirmación válida. Las herramientas son cada vez más intuitivas y accesibles, lo que hace que estas personas se sientan más capaces.
¿Es capaz la digitalización de empoderar a los seniors?
La digitalización es capaz de conectar a los seniors con el resto de las personas, con sus familiares, con la realidad del mundo en el que viven. Es algo de lo que ellos quieren ser partícipes, sin importar lo mayores que sean. Y, por suerte, la tecnología les proporciona una serie de herramientas que pueden facilitarles su día a día y enseñarles algo nuevo cada día.
El objetivo es que los mayores pierdan el miedo a sus dispositivos: que los vean como un apoyo en sus vidas cotidianas, algo que les da acceso a cultura, turismo, ocio, relaciones familiares e incluso ahorro de tiempo en determinadas gestiones. Es cierto que el proceso puede ser algo lento, pero hasta el momento el progreso ha sido adecuado. Los mayores son conscientes de la utilidad de estas herramientas, sobre todo cuando ven que todo su entorno está digitalizado y hace uso de los medios disponibles.
En resumen, disponer de estos conocimientos otorga cierta autonomía al sector senior. Aprender y enfrentarse a la digitalización hace que los mayores sientan esa independencia tan necesaria.
Pero… ¿sería un error forzar a este colectivo a que aprenda a manejar unas aplicaciones diseñadas para personas con mayor predisposición en lugar de desarrollar aplicaciones pensadas para agilizar la inmersión de los mayores en las nuevas tecnologías?