Del transportín a la pantalla: así está cambiando el seguro de mascotas

La fotografía del hogar ha cambiado y, con ella, la forma de cuidar a quienes lo habitan. Cada vez más familias integran a perros y gatos como un miembro más, lo que está desplazando la atención del “episodio clínico” hacia un cuidado continuo, más cómodo y menos estresante para el animal. Este cambio no es casual: combina nuevas expectativas de conveniencia, presión sobre la capacidad de las clínicas y una adopción digital que normaliza pedir consejo profesional desde el móvil. El resultado es un ecosistema que reordena la puerta de entrada a la salud veterinaria y redefine qué debería incluir un buen seguro.
De la clínica al hogar: nuevas formas de atención
El movimiento más visible es la expansión de servicios que acercan al profesional al hogar. Las teleconsultas resuelven dudas, priorizan casos y evitan desplazamientos innecesarios; las clínicas móviles cubren barrios o áreas rurales con agendas flexibles; y los cuidados a domicilio reducen el estrés, especialmente en felinos. A esto se suman apps que registran síntomas, recordatorios de vacunas o adherencia a tratamientos, generando información útil para anticipar problemas. No se trata de sustituir la exploración presencial cuando es necesaria, sino de usar lo digital para decidir mejor cuándo y cómo acudir.

Startups volcadas en la transformación veterinaria
Startups como Vet2Go, Consulta Felina o EasyVet están construyendo esta nueva primera línea. Vet2Go articula visitas a domicilio apoyadas en una app que simplifica la solicitud y el seguimiento; Consulta Felina combina consulta online con atención en casa para gatos, un público que sufre especialmente el transporte y las salas de espera; EasyVet, por su parte, estandariza clínicas de proximidad con procesos más ágiles y horarios extendidos. Tres enfoques distintos, un objetivo común: acceso rápido, experiencia amable y recomendaciones adaptadas a cada animal y tutor.
Cuando la relación empieza antes de la urgencia, cambian los hábitos. Los tutores reciben pautas de prevención más claras, entienden cuándo observar y cuándo escalar, y asumen rutinas que mejoran resultados. Para el profesional, la teleorientación y el seguimiento reducen picos de demanda y permiten dedicar el tiempo presencial a lo que aporta más valor. Y para el animal, el día a día se vuelve más tranquilo: menos estrés, más continuidad en el cuidado y decisiones informadas en momentos clave.
El seguro evoluciona: acompañamiento y bienestar continuo
Si la primera interacción ocurre en casa y la conversación se sostiene en el tiempo, el seguro ya no puede limitarse a pagar facturas cuando todo se complica. La propuesta se desplaza hacia el acompañamiento: teleorientación 24/7 integrada, paquetes de visitas a domicilio, planes de bienestar con recordatorios y contenido educativo, e incluso soporte para dispositivos de salud animal. La cobertura clásica de accidente y enfermedad pasa a convivir con servicios que generan valor cada semana, no solo en el siniestro. Esto incrementa satisfacción y lealtad, y además reduce severidad promedio porque los problemas se capturan antes.
Este enfoque abre la puerta a pólizas modulables y dinámicas, donde el tutor elige qué incluir y ajusta coberturas según etapa de vida, hábitos o presupuesto. También invita a incorporar incentivos éticos para la adherencia a tratamientos o revisiones periódicas, siempre con consentimiento y transparencia. La clave es diseñar reglas sencillas, una experiencia sin fricciones y métricas que midan lo que importa: resolución en primer contacto, derivaciones evitables, cumplimiento de pautas, frecuencia y mix de siniestros, y satisfacción del tutor.

Colaboración para escalar: aseguradoras, startups y clínicas
La oportunidad real emerge cuando aseguradoras, startups y profesionales veterinarios orquestan sus capacidades. Integraciones sencillas, rutas de derivación claras, niveles de servicio comprometidos y modelos económicos que premien la prevención convierten la promesa en sistema. En un mercado que proyecta 22.800 millones de euros para 2027, no se trata solo de captar pólizas, sino de construir una red que funcione de verdad: acceso ágil, atención adecuada en cada paso y datos que permitan mejorar la práctica clínica y el diseño del producto asegurador.
Este triángulo de colaboración acelera la adopción y reduce fricciones. Para la clínica, supone nuevas fuentes de ingresos y mejores herramientas de gestión; para la startup, validación y escala sostenibles; para la aseguradora, información temprana que ayuda a ajustar precios y coberturas con mayor precisión. Y, sobre todo, para el tutor y su mascota, una experiencia coherente que acompaña el día a día. Desde Santalucía Impulsa seguiremos mapeando estas soluciones, compartiendo aprendizajes y explorando pilotos que pasen de la prueba curiosa al estándar del sector.